Estos últimos días he visto como centenares de adolescentes( y otras no tan adolescentes)chillaban poseidas frente a las estrellas de cine y de la música que decoran las paredes de sus habitaciones y las carpetas escolares. Algunas incluso lloraban de emoción al ver en persona a la persona que les roba las horas de sueño y de estudios.
Ver semegante imagen no me producia más que pena y verguenza ajena.Yo también fui adolescente y ni por asomo fui la mitad de fanática que la de las chicas de 13 a 17 años de ahora.
Todos hemos tenido ídolos en nuestra vida. Los mas comunes: cantantes,deportistas y actores de la actualidad. Todos en algun momento de nuestra vida hemos señalado en el calendario los estrenos de sus películas o disco, hemos comprado las revistas donde regalaban un poster suyo o hemos ido a sus conciertos con sus nombres pintados en la cara, haciendo colas infinitas, también hemos intentado conseguir un autografo o una fotografia o algunos hemos comprado e intercambiado cromos para conseguir llenar el álbum.
Todos hemos vivido esa época en la adolescencia, por lo que veo en algunos casos, como en todo en la vida, con diferente intensidad.
Con el tiempo, el fanatismo, que no admiración, se diluye o se sustituye por otras cosas. Porque los intereses y aficiones cambian a lo largo de nuestra vida.
Supongo que el fenómeno fan es como el sarampión, una enfermedad contagiosa que se coje una vez en la vida y de la que pueden quedar marcas de por vida.
A
Ver semegante imagen no me producia más que pena y verguenza ajena.Yo también fui adolescente y ni por asomo fui la mitad de fanática que la de las chicas de 13 a 17 años de ahora.
Todos hemos tenido ídolos en nuestra vida. Los mas comunes: cantantes,deportistas y actores de la actualidad. Todos en algun momento de nuestra vida hemos señalado en el calendario los estrenos de sus películas o disco, hemos comprado las revistas donde regalaban un poster suyo o hemos ido a sus conciertos con sus nombres pintados en la cara, haciendo colas infinitas, también hemos intentado conseguir un autografo o una fotografia o algunos hemos comprado e intercambiado cromos para conseguir llenar el álbum.
Todos hemos vivido esa época en la adolescencia, por lo que veo en algunos casos, como en todo en la vida, con diferente intensidad.
Con el tiempo, el fanatismo, que no admiración, se diluye o se sustituye por otras cosas. Porque los intereses y aficiones cambian a lo largo de nuestra vida.
Supongo que el fenómeno fan es como el sarampión, una enfermedad contagiosa que se coje una vez en la vida y de la que pueden quedar marcas de por vida.
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