lunes, 16 de enero de 2012

San Lorenzo, los mejores veranos de mi vida

Si pudiese sacar de mi cabeza un recuerdo y verlo proyectado en una lona blanca bajo las estrellas y la brisa fresca del verano , sin duda escogería los veranos en San Lorezo. Mis mejores momentos de la infancia se encuentran en ese pequeño pueblo de Lleida. Recuerdo con melancolía las semanas que pasábamos toda la familia en la casa de mis tíos Juana y Andrés. Excursiones al pantano, el concurso de pesca, la guerra de agua, la música de orquesta por la noche, las horas en los columpios, los paseos a buscar caracoles,el partido de solteros contra casados, el olor de las flores que solo se abrían cuando caía el sol. Eramos felices, con poca cosa. No hacia falta tener Internet, mobil o televisión. Estábamos todo el día en la calle y nunca nos aburríamos. Recuerdo con especial cariño la guerra de agua. Todo el pueblo, grandes y pequeños llenos de cubos, palanganas, mangueras, pistolas de agua o globos. Nadie acababa seco aquella tarde en la que todos íbamos contra todos. Donde no importaba entrar al piso con los pies mojados para tirar desde el balcón un cubo lleno de agua, donde no importaba que tu madre te regase con la manguera con ropa y zapatos incluido y no pasaba nada.
Después de eso llegaba el concurso de pesca donde los niños acompañados de los padres tirábamos la caña al pantano y mirábamos como la veleta flotaba en el agua verde y en cuanto notábamos que se hundía unos milímetros rápidamente cogíamos la caña con tanta fuerza como si hubiésemos pescado un atún de 7 kg y recogíamos el sedal todo lo rápido que podíamos, con el miedo a que se nos escapara la presa. Después de quitarle el anzuelo al pececillo, corríamos con él dentro de un cubo a pesarlo,a las basculas que había y después lo soltábamos en el agua de nuevo. El que hubiese pescado el pez con mayor peso era el primero en escoger la copa o el regalo. Mis hermanos y yo siempre cogíamos la copa una bonita ,grande y brillante que nos recordara que aquel año participamos en el concurso y logramos algo que nos parecía grande, que nos parecía un triunfo.

Reconozco que era feliz, que me encantaba ir a ese pueblo perdido de todo. Pasamos muchos veranos felices en ese pueblo, después a mis tíos le quitaron el alquiler de la casa y no volvimos a ir. En parte no se si fue lo mejor así, porque puede que el encanto de esas vacaciones y el que ahora las recuerde como una etapa tan feliz fuese que no tengo ningún mal recuerdo, ningún año malo. Por otra parte no puedo dejar de sentir pena porque en un futuro, me hubiese gustado llevar a mis hijos a las fiestas de San Lorenzo,para que viviesen lo que yo viví, lo que mis padres me regalaron.

Después de que no pasara mas veranos, no he vuelto a ir. Creo que por miedo a verlo cambiado, por miedo supongo a tener un nuevo recuerdo que no me guste. Supongo que cuando el pasado ya es bonito, no hace falta hacer nada mas que recordarlo tal y como fue.



A.





(Dedicado a mis padres y hermanos, tíos, primos, abuelos y vecinos del mejor recuerdo de mi vida)

lunes, 9 de enero de 2012

Sueños: Lady Madrid

Hace días que sueño que me marcho a Madrid a vivir. Paseo por las calles llenas de gente y miro las caras de todas las personas que van en dirección opuesta a la mio y sonrío al pensar que no conozco a nadie. Que ni no cabe la mas remota posibilidad que alguien me reconozca o ver a algún conocido, ex compañero de clase o compañeros de trabajo. Miro los ojos, los labios el pelo de las miles de personas que chocan contra mi. Sabiendo que nunca he coincido con ellos en un bar, una fiesta o centro comercial. Que jamás he cruzado media palabra y que es la primera vez que les veo.
Puede parecer agobiante estar en un sitio, y estar sola rodeada de tantísima gente. Pero eso en el sueño a mi no me preocupaba. Observo mientras camino y pienso que tengo la posibilidad de conocer alguna de las personas que miro. Es como vivir una 2ª infancia, como cuando en el primer día de colegio no conoces a nadie y hablas con la primera persona con la que cruzas una sonrisa.
De repente, alguien me parece familiar, aquella cara, me resulta familiar, lo sigo mirando. El da un giro. No, no es el, no es aquel que yo conozco. Es un extraño mas. Sigo tranquila caminando, paseo y me muevo entre la muchedumbre y así pasan las horas de una tarde cálida.
Después me despierto, me visto y bajo a la calle. Miro al frente y veo al tendero vendiendo tomates a uno de mis vecinos, cruzo la calle y me encuentro con la antigua panadera del barrio, después veo a una mujer, no se el nombre, ella me conoce y me saluda.




A.

jueves, 5 de enero de 2012

I feel good?¿

No me considero una mujer a la moda, es mas nunca me arreglo, rara vez me maquillo y no recuerdo la última vez que me planché el pelo. Pero odio que cuando me quiero o tengo la intención de arreglarme, es decir llevar ropa distinta a la que suelo llevar normalmente, me encuentre en el día “ Hoy nada me sienta bien” . El “Hoy nada me sienta bien” es conocido por las mujeres y tiene como característica única y principal que hagas lo que hagas y te pongas lo que te pongas no te verás bien.
Seguramente la ropa o el maquillaje que llevas ya te lo habrás probado otro día o incluso ya lo habrás llevado, pero eso es indiferente, no importa en el día “ Hoy nada me sienta bien” te verás fea, puede que incluso veas que te sobran unos kilos y lamentablemente esa sensación dura todo el día.
En cambio, cuando sucede lo contrario, cuando un día te levantas y te miras en el espejo, te ves bien, te sientes guapa. Tienes el pelo genial o la piel brillante, tu armario te sienta de fábula e incuso tu humor mejora. Te sientes mejor contigo misma, con mas confianza y seguridad.
No tengo ni la mas remota idea de porque sucede esto y cada cuanto tiempo pasa, pero lo que si que se es que no le deseo a nadie que justo la noche en la que sales de fiesta esté en el día “Hoy nada me sienta bien”. Primero porque dejas la habitación llena de ropa. Tu cama parece Primark en rebajas. Y segundo porque al final cuando sales de casa o lo haces con ropa con la que no estas cómoda o con ropa cómoda pero nada “elegante”.
La mente femenina a veces me supera, solo pienso: pobres hombres.



A.