jueves, 25 de julio de 2013

Hospitales bipolares

Normalmente cuando uno dice que ha ido al hospital, las personas que te escuchan, automáticamente piensan en algo malo, en algún asunto relacionado con una enfermedad. Y lo cierto es que en la mayoría de los casos es así, pero en otros casos es algo tan maravilloso como ir a ver a un recién nacido.
En un mismo ascensor de cualquier hospital del mundo se pueden encontrar personas con familiares enfermos terminales en la planta 4, un padres primerizo de la planta 2, un superviviente de cáncer que se hace una revisión en la planta 6 o una chica que ingresa por anorexia en la plata de psiquiatría. En los escasos metros cuadrados que mide un ascensor se enfrentan sentimientos totalmente opuestos: de la máxima alegría de un padre, pasando por el dolor de un familiar enfermo sin olvidar la agonía de una joven que se enfrenta a lo que será su día a día o los nervios e incertidumbre.
Los hospitales son posiblemente los edificios con más carga emocional dentro. En ellos nos aferramos a la salud, vemos los inicios y los finales de la vida de nuestros seres queridos.  Para muchas personas  dormir en casa, usar un lavabo propio o ver un bosque desde su ventana es algo que no hacen en mucho tiempo. Para muchos enfermos y sus familias, los hospitales se convierten no en una segunda residencia, si no en un hogar de una habitación con 2 camas, un sofá, lavabo compartido y comida a domicilio. En las salas y pasillos de los hospitales las lagrimas de dolor y sufrimiento se mezclan con las de felicidad como el agua dulce de un rio se mezcla con la salada del mar en la desembocadura. Bajo los mismos cimientos nacen y mueren personas sin que nadie sea consciente de que les separan escasos metros. Alegría y tristeza. Dolor y liberación. Risas y llantos. Rabia y Felicidad. Frustración y tranquilidad. En definitiva; vida y muerte se dan la mano las 24 horas en un mismo edificio.







A.

jueves, 4 de julio de 2013

Agrupaciones personales

Dicen que la diferencia entre un grupo y un equipo es que en el equipo cada miembro tiene una función y que ambos trabajan para asolir un objetivo común. Por otra parte en los grupos ningún miembro tiene un rol y a todos les une un vinculo personal.  Por lo que deberíamos hablar de equipo de música y no de grupo de música. 

Partiendo de la base de que cada persona es única e irrepetible considero que en la vida vivimos en una constante  "agrupación de caracteres" lleno de personas diferentes a nosotros. Familia, amigos, compañeros de trabajo,... En toda agrupación siempre hay peleas, discutas, choques de personalidades, de ideas diferentes a la nuestra. Pero también momentos de risas, relajación y felicidad. Hay gente con la que nos llevamos bien desde el primer momento, con los que conectamos desde el primer minuto, desde la primera mirada. Después están aquellos con los que no llegamos a un acuerdo, con los que no nos levamos bien, con los que nuestra manera de ser no conecta con la suya. Pese a todo, lo más importante de las agrupaciones es sentirse a gusto cuando se pasa rato con los miembros de la misma, sentirse querido y sobretodo saber que gente que te aprecia.  Muchas veces esas agrupaciones se crean sin ningún objetivo concreto, más que el de pasar el rato lo mejor posible y que esa sea la finalidad, hacer que todos quieran luchar por eso, por conseguir un estado de bienestar que les lleve a la felicidad. 

El ser humano siempre ha tenido la necesidad vital de agruparse con gente de su misma especie por supervivencia, ocio y necesidad personal. Desde que nacemos pertenecemos a un club llamado "familia" que nos acompaña toda la vida, mientras hacemos grupos y equipos. Algunos duran toda la vida, otros se disuelven con el tiempo y con cada uno hacemos y aprendemos cosas diferentes. 

Siempre he creído que cuando realmente sabes que te sientes bien con alguien, es cuando en un silencio no estás pensando que decir, solo callas, disfrutas del silencio y esperas a que llegue otro tema del que hablar. 







A.