martes, 15 de enero de 2013

Sueños sin sueño

Desde los 14 años he ido planeando mentalmente como quería que fuese mi vida. Que necesitaría para ser feliz, como sería mi día a día, como me comportaría, dónde trabajaría, como vestiría incluso como sería. Me cree un mundo paralelo, irreal y ficticio basado en situaciones que parecían sacadas de una comedia romántica de Hollywood. Me imaginaba más alta, más delgada, más guapa, más inteligente, más divertida de lo que realmente era. Posiblemente en alguna que otra ocasión haya tenido complejo de inferioridad, no lo descarto y puede ser que sea precisamente por eso, por lo que cada noche al cerrar los ojos, antes de entrar en el mundo de los sueños, soñaba despierta, fantaseaba con un yo del futuro que nunca ha llegado. Cumplí no solo los 15, 16,17,18,19, 20 y 21 años y nada de lo que había soñado por aquel entonces se ha llegado a cumplir. Lejos de pensar que he fracasado o sentirme angustiada por no haber sido capaz de ser quien pensé que sería, he pasado de pensar en quien quería ser a ser y de soñar a hacer. Cómo escribió Calderón de la Barca: La vida es sueño y los sueños, sueños son. 














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