sábado, 23 de febrero de 2013

Pets friends

Todas aquellas personas que jamás han querido a un animal, jamás entenderán que una persona llore o esté triste cuando su mascota enferma, muere o se pierde. La conexión que sienten los humanos hacia otra especie, hacia  un ser vivo que posiblemente no nos entienda ni nos comprenda  es algo que por mucho que se intente explicar, si la otra persona no lo ha sentido nunca, no te entenderá. Gatos, peces, tortugas, perros, periquitos, hamsters, conejos, iguanas... y así hasta una infinidad de animales que podemos tener en casa, que vemos todos los días y que sentimos como si fueran de nuestra familia. Les ponemos un nombre, les compramos una "casita", les alimentamos, les intentamos enseñar cosas, les limpiamos y cuidamos como una autentica madre cuida a sus hijos. Su perdida normalmente nos afecta como una cercana y pese a que cuando compramos una mascota, normalmente sabemos el tiempo que acostumbran a estar vivos, no queremos ni pensar que nuestra mascota vaya a cumplir con la media de esperanza de vida que los de su especie. Esperamos que Larry, Rex, Marilyn, Sue o Melocotón estén vivos y con nosotros el máximo tiempo posible. Desgraciadamente para nosotros eso no es así y tenemos que lidiar con llegar un día a casa y encontranos a nuestro bonito pez azul panza arriba o lo que es peor, tener que decidir y poner fin a la vida de nuestra querida mascota, amiga y compañera de juegos. Para todos los asépticos de la conexión humano-animal, el comprar otra mascota es la solución más fácil para superar la pérdida de la mascota. Todos, incluso ellos saben que todos somos insustituibles para los demás ya seamos hombres, mujeres, perros o gatos.





Esther se que leerás esto así que un beso grande y un cálido abrazo.





A.

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